
Revisiones: Cuando escribir es escuchar
Una vez escrita la historia (aunque nunca se llega a terminarla de verdad) , llega la parte más dura: dejarla en manos de otros. Porque escribir puede ser solitario, pero revisar… nunca lo es.
En esta fase, La Memoria Olvidada pasó por muchas miradas. Las primeras, las más cercanas: familia, amigos, compañeros de camino que señalaron frases torcidas y celebraron los hallazgos como si fueran suyos.
Luego llegaron las Revisiones Externas: editoriales independientes y agentes literarios a los que se envió el manuscrito en busca de una impresión profesional.
Sus respuestas, consejos y silencios también formaron parte del proceso. No buscaba solo publicación: quería saber si la historia tocaba algo auténtico, si tenía voz propia en un mundo lleno de ruido.
Pero lo más valioso, sin duda, fueron los Lectores 0.
Personas que no me debían nada, que se enfrentaron al texto con honestidad y curiosidad. A ellos les entregué el “dichoso” Libro 0, ese compendio de capítulos seleccionados, fotocopiados, impresos, comentados, versionados. Y junto a él, un formulario diseñado para captar cada impresión, cada duda, cada emoción.
Gracias a ellos, el texto respiró mejor. Algunas escenas se alargaron. Otras se cortaron sin piedad. Cambiaron títulos, se pulieron voces, se reescribieron finales.
Revisar fue volver a escribir desde otros ojos.
Y aceptar que una historia no está completa… hasta que alguien la lee.